tejidos blandos de la rodilla

Músculos, huesos, cartílago, tendones y meniscos están rodeadas por los tejidos blandos (cápsula, nervios, vasos sanguíneos, tejido graso, piel) que completan la articulación de la rodilla y que tienen una función fundamental para su función, ya que la mantienen aislada del medio externo, le aportan nutrientes por medio de los vasos sanguíneos y la protegen de agresiones externas.

Otras estructuras que hacen parte de la rodilla son:

Las bursas o bolsas, son sacos llenos de líquido interpuestos entre dos huesos, entre huesos y músculos o tendones, o entre músculos y piel, para ayudar a disminuir la fricción que se genera con el movimiento de estas estructuras entre sí. Por ejemplo en la parte anterior de la rodilla tenemos dos bursas subcutáneas (pre-rotuliana e infra-rotuliana) que permiten que la piel se deslice fácilmente cuando movemos la rodilla.

Existen cuatro tipos de bursas:

  • Sinoviales: La mayoría, son sacos muy delgados interpuestos entre huesos, músculos y tendones, formados por una membrana que contiene líquido sinovial que facilitan el deslizamiento de las estructuras entre sí.

  • Adventicias: o accidentales, aparecen en prominencias óseas sometidas a presión o estrés constante. Un ejemplo típico es el llamado bunion en la cabeza del I metatarsiano cuando aparece el juanete o hallux valgus.

  • Subcutáneas: Localizadas entre la piel y las prominencias óseas

  • Submusculares: Localizadas entre los músculos y huesos o entre los propios músculos.

La rodilla tiene doce bursas algunas de ellas están comunicadas directamente con la articulación, así que cuando se inflama la rodilla, las bursas también se inflaman, causando una condición muy frecuente llamada Bursitis.

Las articulaciones  sinoviales, incluida la rodilla, recubierta  en su interior por un tejido especializado llamado membrana sinovial, que tiene como función primordial producir el líquido sinovial, encargado entre otras cosas de lubricar las superficies articulares. Además, contiene algunas células encargadas de eliminar desechos del espacio articular.

 

Es una sustancia producida por las células de la membrana sinovial, rico en ácido hialurónico, una proteína llamada lubricina y un filtrado del plasma. Su color normal es amarillo “pajizo”, debe ser translúcido, con una viscosidad similar a la clara de huevo. Tiene muy pocas células blancas y ocasionalmente pueden encontrarse algunos glóbulos rojos, especialmente si al tomar la muestra se produjo algún traumatismo de un vaso sanguíneo. NUNCA deben encontrarse bacterias.

 

Las lesiones de los tejidos blandos usualmente se asocian a otras enfermedades de la rodilla. Cuando tratamos la causa, usualmente mejoran también los tejidos blandos.

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